Gatito:
Ella llega pensando que le iría bien un buen
masaje, relajarse, gozar un rato y desconectar.
Entra, él está tumbado, como casi siempre, en
el sofá, en pijama.
Se acerca, le besa, el beso de él es discreto, ella acaricia su cabeza, con eso le dice todo, estoy cansado, pero si quieres, ahí
suavecito, uno rápido, que no da tiempo de nada, dos caricias, un misionero, que
ha estado todo el día sentado en la oficina y está agotado.
Pierde parte de las ganas, con su poca
predisposición. Siempre con pereza. Hoy no toca!
Ni se levanta, ahí mismo. Acaba pensando qué
hace para cenar y que no fue buena idea, lo mismo de siempre.
Gatito. Literal.
Te ha gustado?
Que va a responder? Sonríe ligeramente, va a la
ducha y en dos minutos escucha que está roncando.
Empotrador:
Llega, pensando que le iría bien un buen
masaje, relajarse, gozar un rato y desconectar.
Entra, está en pié, envuelto en una mínima
toalla, la espera, impaciente, eso es bien evidente….
Se acerca, le besa, la vuelve a besar, su lengua
le invade, le acaricia la cabeza, con eso dice todo…
En un momento está desnuda en la ducha, con él,
que está cansado de un duro día de trabajo en la obra, pero que una mirada suya, activa al momento.
Tiene masaje, ropa volando, pelos erizados,
mordiscos y acción.
La levanta y la lleva a la cama, sin pensar,
acción, posturas, giros y lametazos.
Arriba y abajo, sin pausa, deja de pensar,
literalmente, no decide ni falta que hace.
Cuando escucha ese gemido, que él sólo expresa
cuando ella he terminado, la abraza y sonríe, quiere más, lo sabe.
Ahora le toca.
Hoy no se cena! Ni falta que hace.
Dime… cual quieres ahora en tu vida?
Buena pregunta....
(La imagen de aquí)
3 comentaris:
Estic a punt de sentir-me al·ludit.
Ara em deixes intrigada, amb quin dels dos? 😉
Pensa malament i encertaràs (y)
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