Erase una vez una chica con mucho desparpajo, decidida y con las cosas claras sobre lo que quería ser de mayor.
Así que de bien jovencita supo qué caminos recorrer, qué barbas acariciar y a quién hacer la pelota.
La cosa funcionó, fué subiendo, siempre con buenos padrinos, con amplias sonrisas y fingiendo ser de la base, del pueblo.
Llegó a presidir la comunidad, la escalera de vecinos, eso siempre es un primer paso para presidir la urbanización.
La cosa es que las malas artes, siempre pasan factura. Para destituïr al presidente actual utilizó a sus secuaces, manos oscuras que se mueven en las oscuridades profundas. Que rompen buzones, ensucian la escalera y claro, eso da mala imagen al presidente actual.
Ella buscó, una vez más, el apoyo de sus mayores, esos ancestros que ya ni sabían el número de puerta ya que viven en los áticos, con escaleras privadas, servicio y lujo, desconectados del mundo real.
En la última reunión del plenario de la comunidad, se montó un triste espectáculo. Gritos, amenazas, malas artes, acusaciones de quién ensucia más y faltas de respeto. La cosa era callar bocas, y salirse con la suya, al precio que fuera.
Eso provocó que los vecinos de base, los que no estaban dentro de la reunión, se revolvieron y puño en alto gritaron.. basta!
Entre lágrimas, abucheos, abrazos y mucho disgusto, la reunión terminó de la peor manera, una gestora, encabezada por el vecino de puerta de la niña mimada y gestor de sus cuentas, por tanto nada imparcial, tomara el mando, a pesar de las manifestaciones, ahora masivas, del resto de la comunidad.
La niña, se hizo la inocente, vamos a coser las heridas, dijo muy lastimera, pero cuando rompiste algo voluntariamente, no te ofrezcas a coser le respondieron los vecinos que ya no se sentían representados en ese grupo de élite.
Y así, revuelta la comunidad, se empezó a gestar oposición interna, vecinos que no se saludan, otros respondones y los del golpe de estado, subidos en sus caballos de alas blancas y sin escuchar.
Para acabar de revelar al vecindario, la niña mimada se hace selfies con la pija de otra escalera, conocida, también por sus malas artes. Fotos con amplias sonrisas y miradas cómplices….
Ahora, en la comunidad, nadie quiere a la niña mimada, sólo sus secuaces, ella hace ver que se deja querer, pero tiene claro que el próximo paso, ya muy cercano, es presidir la urbanización, por mucho que chillen esos vecinos que son, todos!, unos rojos!
Esperemos que salga una matrona en condiciones, aparte de esa base tan roja, y la ponga en su sitio, ni que sea poniendo a la niña de cara a la pared, que se lo ha ganado!
(Cualquier parecido con cualquier realidad actual, es pura coincidencia)
Voy a leer un rato, a ver si me relajo....
5 comentaris:
Querida Joana, lo has plasmado de película, alto y claro, me ha encantado leerte. Te sugiero que escribas un libro con todo tu saber, seguro que las editoriales se lo rifaban.
Un abrazo.
Nena, pues si que tienes revolucionada la comunidad. Sería mejor buscar un corredor de fincas que se cuidará de todas las gestiones y la limpieza. Creo que te evitarás muchos disgustos...
Claro, que siempre te queda la opción de cambiarte de domicilio.
Un beso Joana...
hi estic pensant.....però no hi trobo cap coincidència actual.... ;)
Quan la gent fa el que sigui per arribar on vol, la cosa sol acabar malament.
AIXO PASSA QUAN LES "COMUNITATS DE VEINS"S'ENCORAN EN EL SEGLE XIX....
PER CERT,L'ALTRE "PRESI",TAMPOC ERA GAIRE DE FIAR..."CATALUÑA ES EL CANCER DE ESPAÑA"...FOTLI¡¡¡
¿Cómo qué ponerla de cara a la pared? Que le pongan un punto, por cierto, antes quebrado y rojo que doblegado.
Salut Joana
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