Editorial de El Periodico de Catalunya de hoy. Sobran más palabras.
Las primeras sesiones del juicio por la matanza del 11 de marzo del 2004 en Madrid hicieron que se tambaleara con pasmosa celeridad la teoría de la conspiración, minuciosamente construida durante meses por algunos medios de comunicación nostálgicos del PP sobre la base de informaciones falsas, medias verdades y simples delirios. Tal conjetura pretendía hacer creer que los atentados de aquel fatídico día contaron con la participación de ETA y fueron perpetrados, mediante oscuras conexiones que alcanzaban a los socialistas, con el único objetivo de desalojar al PP del poder.
Posteriormente, otros testimonios en la vista oral demostraron hasta qué punto el Ministerio del Interior tenía baja la guardia ante la amenaza del terrorismo islamista. Y ahora, en una nueva tanda de declaraciones de testigos, queda de manifiesto que el Gobierno de entonces trató de engañar a los ciudadanos en aquellas jornadas preelectorales cargando las culpas sobre ETA cuando tenía pruebas suficientes para saber que los autores de la masacre formaban parte de un grupo vinculado a Al Qaeda. La misma tarde del 11-M, altos cargos policiales ya apuntaron a la autoría islamista, aunque los ministros de Aznar trataron de crear dudas con el impresentable objetivo de salvar la cara en las urnas.
Todo ello conforma una cadena de despropósitos cuyo primer responsable político es el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes. Aunque la mayoría de los españoles no dieron credibilidad a la versión gubernamental y mandaron al PP a la oposición, las culpas por intentar engañar a la ciudadanía deben todavía sustanciarse. Es Acebes, actual secretario general del PP, el primero que debe asumir las responsabilidades. Siempre hay tiempo para rectificar, pero una vez oídas las declaraciones de ayer del exministro parece improbable que lo haga y la única salida honrosa que se vislumbra es que deje el primer plano de la política.
Porque lo peor para el PP está aún por llegar. El desarrollo del juicio hace pensar que la sentencia dejará meridianamente claro que ETA no tuvo nada que ver con el 11-M. Entonces la dirección del partido deberá corregir el rumbo y tomar una decisión sobre el hombre al que en esos tres tremendos días le tocó dar la cara ante una ciudadanía conmocionada y fue un mal prestidigitador, un ministro que pasará a la historia por no haber sabido calibrar la amenaza islamista.
Posteriormente, otros testimonios en la vista oral demostraron hasta qué punto el Ministerio del Interior tenía baja la guardia ante la amenaza del terrorismo islamista. Y ahora, en una nueva tanda de declaraciones de testigos, queda de manifiesto que el Gobierno de entonces trató de engañar a los ciudadanos en aquellas jornadas preelectorales cargando las culpas sobre ETA cuando tenía pruebas suficientes para saber que los autores de la masacre formaban parte de un grupo vinculado a Al Qaeda. La misma tarde del 11-M, altos cargos policiales ya apuntaron a la autoría islamista, aunque los ministros de Aznar trataron de crear dudas con el impresentable objetivo de salvar la cara en las urnas.
Todo ello conforma una cadena de despropósitos cuyo primer responsable político es el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes. Aunque la mayoría de los españoles no dieron credibilidad a la versión gubernamental y mandaron al PP a la oposición, las culpas por intentar engañar a la ciudadanía deben todavía sustanciarse. Es Acebes, actual secretario general del PP, el primero que debe asumir las responsabilidades. Siempre hay tiempo para rectificar, pero una vez oídas las declaraciones de ayer del exministro parece improbable que lo haga y la única salida honrosa que se vislumbra es que deje el primer plano de la política.
Porque lo peor para el PP está aún por llegar. El desarrollo del juicio hace pensar que la sentencia dejará meridianamente claro que ETA no tuvo nada que ver con el 11-M. Entonces la dirección del partido deberá corregir el rumbo y tomar una decisión sobre el hombre al que en esos tres tremendos días le tocó dar la cara ante una ciudadanía conmocionada y fue un mal prestidigitador, un ministro que pasará a la historia por no haber sabido calibrar la amenaza islamista.
4 comentaris:
Jo ja fa temps que em faig creus: per què aquest home continua en política? És que no sé com el seu partit és tan inconscient de tenir un "fiera" com aquest...
Ah... si... que és el PP. Vale, vale. Així no es pot esperar una actuació raonable.
Es diu que l'Acebes una vegada va dir la veritat, nomès una, i es va posar tan vermell, que ja no hi ha tornat mai més.
Cuándo nos vamos a dar cuenta que la derechona del PP sólo vive para la mentira:
No nos olvidemos de "los hilillos del Prestige";
De que habían reconocido a todos los cadáveres del Tupolev, y los enterraron sin hacerlo;
Y ahora esto del 11-M.
Cuántas mentiras habrán quedado en el olvido sin que nos hayamos enterado?
Un peto
Encara que m'agrada Maná ( "Mariposa traicionera" és molt millor que "Besos compartidos" ) treballa amb l'e-Mule i cerca "Te solté la rienda" per Mª Dolores Pradera. La vaig sentir en directe , fa cosa de vint-i-cinc anys al Palau , i en una situació parella a la teva , i encara em queda el regust a la pell.
No hi ha punt de comparança
Un petó ben fort
Pere Pascual
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